lunes, 17 de octubre de 2016

CUENTOS DE CIPOTES

(Presentado por Bryan Ansora)

Cuentos de cipotes es una colección de relatos del escritor salvadoreño Salvador Salazar Arrué comunmente conocido como Salarrué.

Es una singular colección, cuya extensión oscila entre quince líneas y página y media, que se considera hoy como un clásico de la literatura «sobre niños» («cipote» es un salvadoreñismo para niño). Su contenido es normalmente una anécdota, normalmente trivial y a veces humorística, que puede reflejar alguna preocupación del autor. El narrador es siempre un niño que mantiene una especie de monólogo consigo mismo, pues está convencido de que los adultos no tienen interés en lo que pueda contar y, por tanto, a la vez que usa modismos y resortes imaginativos propios de niño, no cuenta su historia según una estructura clara: hace digresiones contando cosas superfluas, hay redundancias innecesarias, a veces los finales son abruptos. A ese registro infantil oral propio de chico casi analfabeto, el autor le suma en ocasiones el de una persona culta, y funde las perspectivas del adulto que se hace niño y del niño que intenta comprender a los adultos.

FRAGMENTO


El cuento del dichoso turis turista

Puesiesque un arfiler pechito estaba paradito en una almuada de juguete y mirando platiado para todos lados y dijo: "¡Yo questoy haciendo aquí, si ni soy poste de teléforoni antena de radio, ni asta de bandera, ni nada! Ya me voy por esos mundos, de turisturista". Y pegó un salto a pie junto y cayó en una mesenoche acostado. Y eneso yegó laCenífera arreglar las camas y puso una cajejójoros que se bía caido al suelo sobre lamesenoche y ¡tas!, se le ensartó el arfiler en un dedo gordo, y pegó un respingo y gritó:"¡Ay Santas Sánimas del lavatorio, Señor Descápulas,ya me picó un alcarabán chuzudo,traicionista y rectil!" y se chupó el dedo con todas sus juerzas. Y el arfiler se le bíaescordeleros en la bolosita del delantar y pensando el vivo: "Aquí viajo casi de choto enun sabrosísimo hamaquiado de caderas.

Porque la Cenífera era una criadita bien pispirringa y cuanduiva andando meniabael guardafango parayá y paracá, para que vieran sus inamorados que estaba nuevita y bien aceitada y dijeran: "¡Qué chula la Cenffera, es mera ágile para ir caminando yguele!". Y lo tiraron por aya y cayó en el andén, onde lo pepenó un señor que lo yevó almonte onde se puso a cojer mariposas de lindos colores, floressiyas de alegre mañana, yagarró una grandotacon verde, rojo, colorado, tinto y vermeyón y ¡tas! la prendió con elarfiler en un cartón, que, pobrecita, le dolió, pero no dijo ¡ay!, porquera valiente y en undescuido se desprendió aletiando del cartón y sencumbró en los aigres sutiles,yevándose el arfiler que iba cabalgando contentísimo, impensablis de viajar en avionetarecién pintada y sin pagar. Y cuando ya había subido bien alto, la pobre mariposa semurió y cayó lupin la Lupe y por más gritos que pegaba el arfiler no revivió y sestreyóen un pedrero de unos cuatro Pedros questaban ahnorzando debajo de un morro: PedroGarniya, Pedro Lengua, Pedro Cucusa y Pedro Loroco, que se yamaban y estabancelebrando su santo. Y los Pedros lo safaron del avión todo doblado y torcido y dijeron:"¡Ya fregamos, tenemos anzuelo para pescar y éste es un milagro de San Pedro que essu santo y el de nosotros y quera pescador!". Y el arfiler bien contento porque andaba deturis turista y iba a conocer el jondoelmar y siacabuche

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